domingo, 2 de mayo de 2010

Divagando por el vecindario

_ Tiene hora don?
- Si. Contesta muy tranquilo el vecino
Y el barrio ( esa parte en que se dividen los pueblos grandes, a decir de la real academia española) pasó a ser todo silencio.
Un lugar para vivir, reza el slogan de Vte López
Y fue todo silencio otra vez hasta, que 184 metió su ruido y contaminó un poco mas nuestro espacio

Se diría que es una bruja! Parece la de Hansel y Gretel. Toma la escoba y la revolea por el aire, insultando a los que van en el poderoso helicóptero blanco. Seguro que desde allá arriba la ven y cuando menos, sonríen pues es su ruta habitual y el ritual de insultos y gestos se repite a diario. Teresa no los quiere; los odia desde lo más profundo de su corazón solo y viejo, de casi 90 años.

Siguiendo por esa cuadra esta el primer milico, gendarme él.
Es importante porque su mujer, Mirta, es una destacadísima relacionista pública, gerente de banco y gran pintora. Él es solamente marido y muy fanfarrón.
- Anoche cenamos pizza, muy rica pero cara, comenta aunque nadie le pregunta el precio porque a nadie le importa
Los chantas son así. Es la vida

Después está el diariero, ese de la casa de tres pisos gracias a que su padre y la madre trabajaron de sol a sol. Eran verduleros. Tenían el negocio allí donde ahora está el abogado.

Camina encorvada la Teresa; siempre metida en su saco negro, falda arratonada por el uso, medias hasta la rodilla y zapatos negros. Tiene el pelo largo y blanco amarillento.

Al fondo de la casa guardaban el carro y los caballos. Con ellos iban al mercado a buscar la verdura que luego limpiaban y vendían en el barrio. Los hijos, como tienen plata, se creen mejor que el resto de los que vivimos acá y se olvidan que son hijos de verduleros y diarieros que la pegaron bien.

_ Lo escuchó? Lo dijo en Radio 10, el negro Oro, parece que el p…o ese se compró un pueblo acá nomás camino a San Antonio de Areco………..

Cuando en un rincón del mundo como este, hay alguien como Teresa y muchos vecinos “ de antes “, siempre aparecen chismes, cuentos y anécdotas. Lo importante es que alguien ponga la oreja para escucharlas. Después, reconstruir la historia, es cuestión de ganas y tiempo.

Es un divague? No lo sé. Pero debe ser verdad lo que Teresa cuenta.
_ Nací acá, en la casa donde ahora vive ese, pero mi mamá la tenía mas linda ¡…. Porque me tuve que casar con ese petizo mal trecho?… Mi mamá me lo decía ; hija que le viste, es muy picaflor…y yo le contestaba…y bueno mamita, lo quiero… Con los pretendientes que yo tenía!….
_ Y? No me va a decir que hora es?
_ Las 8,30 amigazo, pero uste solo me preguntó si tenía hora no que hora era. Disculpe

Y por ser domingo a la mañana, todo volvió a ser silencio en la calle Malaver.

Inés C. López

No hay comentarios: