Cuando los mongoles, aquel pueblo nómada que recorría a principios del siglo XIII las estepas de Asia Central, habitando las llanuras al sur del lago Baikal en la actual Mongolia, lo hacían siempre, en compañía de ganado y sus manadasde perros.
Reconocidos en la historia como compañero de guerra y caminos de los fieros guerreros mongol, estos perros eran temidos por el enemigo por creérselos en vigilia permanente, debido a las pequeñas manchas marrón o amarillentas que marcan sus ojos y que le valió el nombre de Cuatro Ojos Mongol
Con la suave lana que resulta de peinarlos en la primavera, el invierno, las mujeres tejen calcetines que mantienen el pie seco y cálido durante los fríos inviernos.
Animal perezoso, cuando se lo necesita o una manada de lobos ataca a los rebaños de, muestra todo su valor y eficacia mortal.
En Mongolia es el único animal de compañía que tiene el honor de un nombre propio ya que para los demás - incluso para el amado caballo - el nombre recuerda el color o la forma, mientras que el cuatro ojos, es, en todo momento y para todos, un miembro de la familia.
En América no se puede rastrear su llegada ni, ni quien los pudo haber traído o cuando.
Sin embargo, a poco que Ud. fije la atención, descendientes de estos fieles animales estarán aguardándole a la vuelta de cualquier esquina, de cualquier barrio o porque no, deambulando en la costa de nuestro amado Río de la Plata o acompañando a orgullosos ciudadanos qiçue supieron ver en él no moda sinó simplemente fidelidad.
Defendamos lo Nuestro, en el Día del Animal de 2010 y en la defensa de los que no se pueden defender.
Inés López
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